Renacimiento y Manierismo
El Renacimiento nace en Florencia en los primeros decenios
del siglo XV. Más adelante, Roma sustituiría a Florencia como principal centro
artístico.
Este movimiento elaboró formas formas originales y al mismo
tiempo comunes. Se basan en la reutilización de
formas propias del arte clásico,
y en la aplicación de perspectiva.
Se piensa que “son los individuos los que hacen historia”,
lo cual queda patente en el
quattrocento con Filippo Brunelleschi.
Las
creaciones cuentan con un valor colectivo. Se crea un estilo o conjunto de
reglas con las que se adoptan formas arquitectónicas de la Antigüedad –principalmente
romanas-. Además, se asemejaban más a los ideales técnicos de este nuevo
período.
Destaca
el papel de la razón como base de la arquitectura clásica; de ahí que se
asociara al principio de economía de
tiempo y trabajo, y por otro lado, al perfeccionamiento
continuo.
Por otra parte, este movimiento tiene más interés por el aspecto final del edificio que por su estructura en sí. esto dio lugar a dos consecuencias: una arquitectura "dibujada", y el abandono de toda búsqueda estructural.
Como resultado, cada edificio se compone de dos partes: armazón (caja de paredes), y piel (decoración superpuesta):
En cuanto a las formas, se responde a dos exigencias (construcción con el mínimo esfuerzo, y fácil percepción de los aspectos matemático y geométrico).
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