El arte fenicio constituye el lenguaje artístico de los
descendientes de los cananeo, pueblo de origen semita.
Es a partir del primer milenio a.C. cuando viven su periodo
de esplendor que tiene lugar entre la decadencia de Egipto hasta el apogeo del imperio
Asirio, entre el año 1100 y 700 a.C. Durante este primer milenio, el pueblo
fenicio comenzó a expandir su influencia por el mediterráneo, a través del
comercio y la colonización. Desarrollaron una activa política comercial basada
en fundaciones coloniales independientes.
Como comerciantes surcaron el Mediterráneo y también se
adentraron en el atlántico: por la costa europea, hasta Bretaña y las islas
británicas, y bordeando las costas de África hacia el sur, hasta llegar
al Senegal, fundando colonias, factorías e industrias.
Cartago, fundada en el año 814 a.C. se convirtió en la
ciudad rectora de los fenicios occidentales.
Así, desarrollaron un arte orientalizante homogéneo en
todas las culturas mediterráneas, explícitamente ecléctico. Por tanto, la
característica fundamental del arte fenicio fue fundir, asimilar y armonizaren
un todo original corrientes artísticas diferentes.
Por tanto, el primer pueblo que llega a España desde las
regiones más desarrolladas del mediterráneo es el fenicio, hacia el 1100 a.C.
desarrollando una cultura orientalizante en todo el sur peninsular.
Los fenicios, los griegos y los cartagineses y los romanos
vinieron en busca de los metales preciosos, plata y estaño. La península
ibérica en el siglo VI a.C invitados por el pueblo fenicio que habitaba la
ciudad de Gadir para protegerse de los ataques de los pueblos indígenas
peninsulares.
Los fenicios traen a Occidente su alfabeto, sus técnicas
artísticas, la joyería, el uso del marfil, la arquitectura, el vidrio
policromado.
La contribución cartaginesa al desarrollo de la cultura de
la Península fue muy poca: desarrollan aún más el comercio, introducen el
concepto de la disciplina militar.
Arquitectura y escultura.
El emplazamiento de las ciudades fenicias determina su vulnerabilidad
e intensa ocupación posterior, con lo que quedan pocos ejemplos de su antigua
arquitectura.
En cuanto a la arquitectura religiosa, el templo fenicio
más característico se estructura con una cella rectangular para la imagen o el
objeto de culto, con acceso flanqueado por columnas rematadas por capiteles
florales. Esta fachada presenta adornos muy simples y en las paredes exteriores
laterales se encuentran ventanas en las que asoman figurillas humanas.
De las necrópolis destacan los hipogeos construidos en
piedra, con sillares cuadrados y forma rectangular para depositar el cadáver,
que solía ir acompañado de joyas y objetos de todo tipo. En otras ocasiones se
construía una cámara rectangular y trampa de acceso.
Para los fenicios las artes escultóricas mayores tuvieron
una cierta limitación debido a la tendencia al aniconismo propia de los
semitas, por lo que gustaban de incinerar a muchos de sus dioses principales
bajo la forma de simples piedras o betilos.
Destacan la representación de diosas de la fecundidad
unidas a aves acuáticas en actitud de volar que forman una barca, como elemento
simbólico solar, de cuya parte inferior cuelgan varias cadenas con sonajeros.
Por otro lado destacan los carros votivos que constan de un carro de cuatro ruedas
sobre cuya caja marcha un jinete acompañado de uno o dos perros en persecución
de un jabalí.
Las aportaciones más importantes de la cultura púnica son
las estatuillas de barro cocido, los escarabeos, los discos de barro con
figuras. Se policromaban con pintura roja, que hoy día ha desaparecido por
completo.
También destacan los exvotos (imágenes huecas fabricadas
con molde) de los que existen básicamente tres tipologías: las figuras
acampanadas, las figuras planas y las diosas entronizadas. La cabeza se cubre
con un kalathos con agujeritos para quemar el perfume y decorado
ocasionalmente.
Originalmente, todas estuvieron policromadas de color rojo
y a veces azul, la cara, el kalathos y las alas, y algunas recubiertas de una
fina laminilla de oro, técnica típica de la época helenística.
Otra pieza significativa son las máscaras clasificadas
según traten temas grotescos, de sátiros y de varones.
Artes aplicadas.
Al principio los fenicios actuaban sobre todo como
tratantes, más tarde, contentos de comerciar con cerámica minoica o escarabeos
egipcios, fortalecieron el comercio marítimo, pero su pericia no tardó en
desarrollarse.
Trabajaban miniaturas de marfil, elaborando figurillas,
placas ornamentales, objetos de tocador, artículos útiles, paneles decorativos.
También fabricaban adornos y joyas de oro, de plata, cobre
y de bronce producidos en serie. La orfebrería es en su mayoría creada en
filigrana y granulada, cuyo proceso estuvo olvidado durante muchos siglos e
intrigó a los joyeros hasta que fue redescubierto en la década de 1920.
En el siglo XI a.C. nace en Chipre una cerámica
fenicia bellamente decorada, cuya superficie podía competir incluso con el
metal. Los fenicios difundieron el uso de las ánforas.
Rocío F.
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